La Fundación Andrés de Ribera es una organización constituida sin ánimo de lucro que, por voluntad de sus fundadores (Ayuntamiento de Jerez y Diputación Provincial de Cádiz), tiene afectado de modo duradero su patrimonio o dotación fundacional a la realización de fines de interés general.
Preserva y gestiona el patrimonio ubicado en lo que se llamó finca de "La Atalaya", 18.000 m2 de espacio que combina jardines históricos catalogados como patrimonio verde andaluz y edificios de gran valor arquitectónico: el palacete convertido en museo de relojes PALACIO DEL TIEMPO y los cascos bodegueros gemelos de 1881 ("Don Federico" y "Don Jorge") adaptados a centro de congresos para reuniones, espectáculos y celebraciones.
El palacete data de alrededor de 1860 y fue mansión de familias burguesas bodegueras de la época: apellidos célebres como Romate o Vergara. En los años 60 la empresa Zoilo Ruiz Mateos, S.A adquiere la finca. En 1973 el empresario José María Ruiz Mateos compra una colección de 152 piezas relojeras francesas, que junto con otras dos colecciones que fueron propiedad de Pedro León constituyen la colección actual en exhibición permanente, en total 287 relojes históricos. La colección se visitó por vez primera en marzo de 1973, y la entidad privada contó entonces con el relojero jerezano Arturo Paz, quien cuidó de su buen estado hasta practicamente su fallecimiento en el año 2005. Tras la expropiación de RUMASA las entidades públicas Ayuntamiento de Jerez y Diputación de Cádiz deciden constituir la fundación, que desde 1987 gestiona este patrimonio.
Entre 1998 y 2001 se cerraron las instalaciones para adaptar las naves bodegueras a centro de congresos, espectáculos y celebraciones y para modernizar el museo de relojes. Desde entonces, tras inaugurar las "nuevas" instalaciones en febrero del 2005, se exponen otras colecciones como la de 140 bastones y varas de mando, los dos tapices de la Escuela Flamenca (CIRCA 1640), la talla del gótico tardío, y más recientemente una selección de la colección de plata civil, propiedad todo ello de la Fundación Andrés de Ribera.